lunes, 27 de febrero de 2017

Meditación del ruido

A veces uno se sienta con la idea de mantener la mente en paz, pero hay ruidos que interfieren: 
niños chillando en la calle, el motor de un camión, un taladro que rompe el asfalto… 
Es fácil sentirse contrariado y maldecir el ruido, sin darse cuenta de que el problema está en el ego, en la vana pretensión de acomodar el mundo a nuestros deseos insensatos, porque en realidad el ruido no es ningún problema, incluso es una guía excelente para la meditación.
Lo mismo sucede cuando tu pareja se pone a roncar a las cuatro de la mañana (no hay mucha diferencia entre contar ronquidos y contar respiraciones) o cuando sientes dolor. Una cosa es recibir la atención médica adecuada y eliminar el dolor innecesario, pero, si se produce una situación dolorosa, en vez de contraernos y resistirnos al dolor, podemos respirar con él y aprovecharlo como un excelente método para centrar la atención.
Aceptar el placer y rechazar el dolor es una estrategia de evasión que alimenta el sufrimiento. 
Sin embargo, si aceptamos cada ruido y cada dolor para prestar atención y ampliar la conciencia, todos esos ruidos son auténticas joyas que nos indican el camino de la realización.

                                                   https://humorzen.wordpress.com/2013/03/03/meditacion-del-ruido/ 


sábado, 25 de febrero de 2017

Todavía No Estás Preparado



En un monasterio budista dos discípulos destacaban particularmente por su brillante inteligencia, si bien, fuera muy diferente el uno del otro.

El primero solía pedir al abad que le dejara salir del monasterio para ver el mundo y en él poder poner en práctica su zen. El otro se contentaba con la vida monástica y, aunque le hubiera gustado ver el mundo, esto no le creaba ningún afán en absoluto.

El abad, que nunca había accedido a los pedidos del primer monje, pensó un día que tal vez los tiempos eran maduros para que los jóvenes monjes fueran puestos a prueba. Les convocó, anunciándoles que había llegado el momento de que se fueran por el mundo durante todo un año. El primer monje exultaba. Dejaron el templo el día siguiente al amanecer.

El año transcurrió rápido y los dos monjes regresaban al monasterio con muchas experiencias para contar. El abad quiso verles para conocer lo que ese año había supuesto para ellos y qué habían descubierto durante su estancia en el mundo laico.

El primer monje, el que quería conocer el mundo material, dijo que la sociedad está llena de distracciones y tentaciones, y que es imposible meditar ahí fuera. Para practicar el zen no existe mejor lugar que el monasterio.

El otro, por el contrario, dijo que salvo algunos aspectos superficiales no encontró gran diferencia a la hora de meditar y practicar el zen en el mundo exterior. Por tanto, a su parecer, quedarse en el templo o vivir en sociedad, le resultaba igual.

Tras haber escuchado ambos relatos, el abad les dio a conocer su decisión: al segundo monje le concedió la autorización para que se fuera. Al primero le dijo: "será mejor que tú te quedes aquí, todavía no estás preparado".

miércoles, 15 de febrero de 2017

El mono dijo




El mono dijo:
-¡Déjame ayudarte a salir del agua, o te ahogarás!
Y amablemente puso al pez sobre un árbol.








Cuento zen

lunes, 13 de febrero de 2017

La serenidad

Algunas actitudes que pueden ayudar a estar serenos
- No perder el tiempo con quejas inútiles ni caer en la trampa de juzgar, criticar y descalificar a los demás.
- Aceptar la vida con sus dudas e incertidumbres, tratando de mejorar aquello que de mí dependa y no agobiarme por dificultades y fracasos.
- Ocuparme menos de mí mismo y prestar más atención a lo que necesiten los demás.
- Renunciar a toda vanidad y pretensión de superioridad frente a los demás. 
- Tratar de resolver mis problemas y progresar mediante el trabajo y el estudio.
- Reconocer mis errores y tratar de corregirlos, sin dramatismo, pero con prontitud y firmeza.
- Mantener siempre mi talante optimista para afrontar la vida con decisión, serenidad y alegría.
- Conducirme en todo momento con rectitud y honestidad, respetando y aceptando a los demás.
- No dejarme influir por ciertas pretensiones y actitudes apremiantes o descalificadoras de quienes necesitan autoafirmarse en detrimento de los demás.
- No responder jamás a provocaciones, ni entrar en discusiones inútiles acerca de la valía personal.
- Decir no cuantas veces sea preciso cuando no esté de acuerdo con aquello que se demande de mí.



domingo, 12 de febrero de 2017

Cuatro etapas: infancia, juventud, vejez, y muerte.


Podemos dividir el período de vida de una persona en cuatro etapas: infancia, juventud, vejez, y muerte.
En cada una de estas etapas se producen cambios fundamentales. 
En la infancia, nuestra sangre es fuerte y nuestra energía es plena.
La mente y el cuerpo, el pensamiento y la acción, son uno.
Todo lo que hacemos está en armonía con el orden natural.
El niño no se ve afectado por las cosas que suceden a su alrededor.
La virtud y la ética no pueden limitar su voluntad.
Desnudo y libre de las convenciones sociales, sigue el camino natural del corazón.
Durante la juventud, nuestra sangre se eleva y se hace volátil.
Aumentan el deseo, las preocupaciones y la ansiedad.
Las circunstancias externas dirigen en esos momentos la aparición y la desaparición de las emociones.
La voluntad y la intención son limitadas por las convenciones sociales.
La competición, el conflicto y la planificación, constituyen la norma de las interacciones con los demás.
La aprobación y la desaprobación de los demás se convierten en algo importante, y se pierde la expresión honrada y sincera de los pensamientos y de los sentimientos.
Podemos dividir el período de vida de una persona en cuatro etapas: infancia, juventud, vejez, y muerte.
En cada una de estas etapas se producen cambios fundamentales. 
Durante la vejez, la fuerza de la sangre empieza a declinar.
En consecuencia, también se debilitan el deseo y las preocupaciones.
En comparación con los años de juventud, estamos más pacíficos y en armonía con nosotros mismos.
Las convenciones sociales y las influencias externas tienen menos efecto sobre nosotros porque ya no estamos interesados en el heroísmo y en la competición.
Aunque la persona mayor no se halle tan en armonía con el orden natural de las cosas como el niño, sin duda alguna es más fiel a sí mismo que cuando era joven.
Con la muerte, todo retorna a la calma.
En ese momento no sabemos nada, no hacemos nada ni sentimos nada.
Nuestra energía se une de nuevo a su fuente.
Confucio también habló de las etapas de la vida.
Él la dividió en tres períodos: durante la juventud, nuestra sangre y nuestra energía están inestables.
Por ello, en ese período necesitamos controlar nuestro deseo sexual.
Con la madurez, nuestra sangre y nuestra energía son fuertes y agresivas.
Por ello, en esta etapa de la vida, tenemos que domesticar nuestra naturaleza competitiva.
Durante la vejez, nuestra sangre y nuestra energía son débiles.
Por ello, en nuestros últimos años, tenemos que disolver nuestro apego a las cosas.
Tanto los taoístas como los confucianos proporcionan profundas comprensiones válidas de la naturaleza humana y de los cambios que se producen en nuestra vida.
Para los confucianos, lo importante es entender lo que hay que hacer en cada período de la vida, de forma que podamos ser útiles a la sociedad, vivir de forma honorable e interactuar armoniosamente con los demás.
Para los taoístas, lo importante es entender que la infancia, la juventud, la vejez y la muerte son etapas de la vida que debemos atravesar.
Si entendemos esto, podemos aceptar los cambios que atravesamos y considerarlos como una secuencia natural de acontecimientos en el ciclo del nacimiento y de la muerte.


Extraído del clásico taoísta 
"Lie Tsé o libro de la Perfecta Vacuidad"
 versión de Eva Wong


Quédense quietos


Quédense quietos y aprenderán.
Todos los nuevos aprendizajes, 
todas las ideas sobre las cosas nuevas, 
la creatividad, el soñar despierto y la eficacia mental, 
les llega a los  que aprenden en el silencio.
Todos los guerreros saben sobre el poder del silencio.
Todos los ancianos saben sobre el poder de la quietud.
Estén quietos, y conozcan a Dios.
La meditación es el lugar del silencio.
Este es el lugar para escuchar la voz de Dios.
Encontrarán una gran sabiduría en el lugar del silencio.
Este es un lugar sagrado.



viernes, 10 de febrero de 2017

Imposible












"Imposible" es sólo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. 
"Imposible" no es un hecho, es una opinión. 
"Imposible" no es una declaración, es un reto. 
"Imposible" es potencial. 
 "Imposible" es Temporal.
"Imposible" no es nada.

 Muhammad Ali


jueves, 2 de febrero de 2017

Cuando te encuentres con personas que no estén de tu parte



Cuando te encuentres con personas que no estén de tu parte durante tu lucha, no te des por vencido, dejalas ir y sigue luchando, siempre encontrarás a quienes piensen igual que tú.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Nuestra propia verdad

 


Nuestra propia verdad es parcial,

está sujeta a error,

y el error de los demás muchas veces

implica una verdad instructiva.

Si consigues descubrir estos procesos,

respetarás totalmente a los demás.

Liu Kia-hway