lunes, 25 de noviembre de 2013

Camino del medio


Una vez Buda estaba en la montaña. 
En un bosque próximo, un monje estaba meditando.
Lo hacía de manera muy dedicada, pero no conseguía llegar a la iluminación; hasta que un día, sintiendose desorientado, fue a buscar a Buda.
-Maestro, me estoy ejercitando mucho. Entre todos los discípulos no hay quien me iguale en dedicación. Porqué entonces no consigo obtener la iluminación? Tal vez fuese mejor que me vuelva a mi casa. Tengo bienes que me permiten llevar una vida feliz. No es mejor que abandone este camino y que vuelva al mundo?-
Buda le retrucó:
-Antes de tornarte monje eras un arpista eximio, ¿verdad?-
-Bueno, tenía cierta habilidad con ese instrumento.-
-Entonces respondeme. Cuando las cuerdas del arpa están muy duras, ¿se obtiene un sonido bueno?-
-No, Maestro-
-Cuando las cuerdas están sueltas... ¿se obtiene un sonido bueno?-
-Tampoco, Maestro.-
-Las cuerdas no deben estar ni demasiado duras ni demasiado sueltas-
-Todo es así en la vida. Demasiada aplicación trae inquietud a la mente, el ocio exagerado trae negligencia. Necesitamos seguir el camino del medio entre los dos extremos.-

 Revista Chi de Agua

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